Les Sentinelles catalanes de Vauban

La Fortaleza de Bellegarde es el símbolo de la porosidad en la frontera franco-española. Situada en la frontera misma, la construcción del fuerte Bellegarde nació de una competencia entre los reinos de Francia y España, al ritmo de guerras y de la  fluctuación de la frontera.  Bellegarde es también el reconocimiento de la experiencia militar de ambas. Desde la vuelta de la fortaleza  en el seno francés, Vauban, encargado de las obras, se limitó a completar el trabajo de acuerdo con el plan diseñado por los españoles, que por el asedio francés, no pudieron completar  las fortificaciones.  Firmó su proyecto como “segundo sistema de Vauban”, aportando un recinto para encerrar la primera fortaleza de origen. 

Bellegarde es el símbolo de las relaciones que Francia y España conocieron durante 8 siglos: primero enemigos, se pelaron por el fuerte y cada uno aportaron su toque a la fortaleza. En la época moderna, Bellegarde se convirtió en el símbolo de la cooperación transfronteriza cuando recogió a los refugiados españoles durante la Retirada. Hoy en día es monumento histórico, propiedad de la municipalidad, que se ha comprometido a mantenerlo para valorarlo.